Hay momentos en la vida en los que toca decidir. Los días pasan uno tras otro, se arrancan páginas del calendario y, cuando te das cuenta, has actuado de manera mecánica en cada uno de estos días. Pero llegan momentos, por diversos motivos, en los que el mundo te señala con el dedo y te das cuenta de tu papel como sujeto: un sujeto capaz de decidir y cambiar el transcurso de las cosas. Hay personas quienes, ante estos momentos, deciden agachar la cabeza ante el miedo a decidir; personas que prefieren no avanzar ante el temor a las sorpresas que el nuevo camino le espera, para luego mirar atrás y arrepentirse (o no) de los trenes que han dejado pasar. Pero hay personas que se arman de valentía y deciden escoger su próximo camino y explorar nuevos senderos, aún sabiendo que puede ser un camino equivocado o más difícil, pero siempre lleno de experiencias. Hoy, soy una persona de éste último grupo.
The Lonely Shepherd
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