sábado, 22 de diciembre de 2012


Entre un gran silencio escucha pasos que no reconoce. Tras los pasos, un golpe, y tras el golpe, mil trozos de cristal caen al suelo con su particular sonido.  Pertenece a algo que no refleja el exterior, sino que guarda el más profundo de los sentimientos que los hechos crean.
En el interior se desquebraja el círculo de la perfección creada poco tiempo atrás, pero que, como casi todo, se rompe y se desvanece.
Comienza a aprender y hace apuntes sobre los errores, pero la tinta no es tan fuerte como lo es la vida corrompida por la pasión.
Vuelve a buscar el reflejo que marca los pasos y pone peso en ellos.  Una flor nace para ver el sol, y debe recibir cada rayo merecido.  El conjunto de ellos hará que cada pétalo sea tan bello como lo es la misma luz.
El cielo hará con sus colores que todo contenga una capa metafísica inalcanzable a la palabra.

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